Nando Esteva se adentra en el binomio gastronomía-cultura a través del alimento. Un ejercicio de poesía visual compuesto por 8 fotografías en las que las huellas ancestrales tiñen la piel imaginada del vegetal. El tatuaje sobre el alimento representa así la carga cultural con la que llega a nuestros platos, su identidad, su mensaje. Convertida la cocina en arte, da paso a la reflexión desmenuzando el valor simbólico de sus componentes.
Oro en Publicidad Gastronómica en los Px3 de París 2015.
Mención de honor en Fine Art Photography Awards (Londres).